domingo, 4 de septiembre de 2011


Cada vez son más las personas que requieren de una alimentación específica, por diversas causas. Ante una sociedad en la que corremos a contra reloj para poder llegar a todo, resulta difícil dedicar ese tiempo para elaborar una dieta con sus particularidades a veces bien precisas.
La falta de conocimientos culinarios, la economía con sus ventajas y desventajas, la escases de tiempo, etc, pueden ser la causa de que estas personas se encuentren desantendidas en sus necesidades alimentarias, y esto sin contar que muchas veces deben requerir de un régimen de comida distinto, más específico y  muchas veces limitado.
Mejorar la calidad de vida de estas personas y su situación a la hora de comer es en lo que se basará nuestro proyecto.
La persona que se le diagnostica una enfermedad se encuentra en una situación especial.
Su enfermedad, las ansias que ella genera, crea a veces tensiones, sobre todo a su alrededor.
Por lo tanto, la base del cuidado de una persona enferma es responder a las necesidades que presentan.
Para brindar un buen cuidado, se necesita ante todo, comprender todos los factores que de algun modo influyen en sus reacciones. Factores culturales, físicos, psicológicos, sociales y económicos, son parte del conjunto y necesitan ser considerados en el cuidado integral de la persona.
Si le damos a estas personas una atención más centrada, personalizada, a través del esfuerzo cotidiano, no sólo se brindará una mejor atención y satisfación por parte del atendido sino también mayor satisfacción será para quien realiza dicho servicio.
La buena salud es nuestro bien mas valioso, sentirnos en buen estado y en forma, tanto física como mentalmente, es una condición natural de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, son pocas las veces en que apreciamos su valor, hasta que enfermamos. En otras palabras, la mayoría de nosotros damos por hecho que gozamos de buena salud.
¿Qué determina la buena salud?
Hay varios factores que afectan la buena salud y el bienestar. Las influencias más importantes provienen de: la genética, el ambiente donde vivimos , el tipo de atención médica que recibimos, y el estilo de vida que llevamos.
La falta de energía y vitalidad quizá sea la más común de las quejas cotidianas. Para muchas personas cada día que pasa constituye un periodo cercano al agotamiento. Este nivel bajo de energía puede estar relacionado con la alimentación. Si eliges el mejor combustible para tu cuerpo, obtendras una mejoria increíble en los niveles de energía y una mayor sensación de bienestar. Ya se trate de que tengas poco azúcar en la sangre, que quieras mejorar tu nivel de energía para practicar algún deporte o mantener la fortaleza y la salud de los huesos a medida que pasan los años, una buena alimentación puede resultarte de gran ayuda.

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